Te esfuerzas mucho y ¿te sientes un fracaso? La trampa de la perfección.
- Maria suarez fernandez
- 7 feb 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 19 oct 2023
Si estas leyendo esto seguramente eres una persona luchona, que le gusta esforzarse y eso es muy bueno.

Lo que es perfecto para mi, puede no serlo para ti. ¿Has pensado cuál sería tu versión de ser o hacer todo perfecto? Tómate unos minutos para pensarlo.
¿Cómo es la pareja perfecta ? esta pregunta la hicieron a un grupo de personas y todos dieron respuestas distintas dependiendo de su edad, cultura y tipo de vida.
Hoy en día pensamos que tener el cuerpo, el trabajo perfecto y la pareja ideal está al alcance de nuestra voluntad.
Estamos bombardeados por mensajes que nos dicen que debemos ser los mejores y aplaudimos y admiramos a esa persona que parece haber logrado la perfección en alguna área de su vida.
Entonces, si tener el cuerpo perfecto no sólo es deseable, si no posible mediante dietas y ejercicio, las lonjitas serán una muestra de rebeldía y de falta de voluntad.
Para la psicología, intentar ser perfecto es tener el deseo de no tener fallas, tener cero defectos, cero deficiencias, crear una imagen de un ser super humano.
Es muy desgastante querer ser perfecto, pues la perfección se disuelve en las manos cuando parece que ya estamos por alcanzarla.
Intentarlo nos puede detonar mucha ansiedad, nos puede hacer caer en burnout e inclusive deprimirnos y la investigación al respecto dice que es contraproducente.
Quiero enfatizar que es importantísimo seguirnos esforzando, ponernos metas, echarle ganas, pero diferenciando entre un perfeccionismo tóxico y un esfuerzo sano.
¿Eres un perfeccionista?
1. Te críticas y recriminas muy severamente si no logras tus objetivos. Puede ser que te quedes horas repensando el error que cometiste cuando en realidad tuviste el 99% aciertos en una evaluación.
2. El deseo de hacer todo perfecto te lleva a ser impulsivo por la necesidad de tener un resultado impecable lo antes posible y/o te lleva a dejar las cosas para después si es que no te sientes lo suficientemente seguro sobre el tema. El miedo a equivocarnos puede paralizarnos.
3. Prefieres evitar la creatividad e irte a lo seguro y evitas actividades nuevas por miedo a que parezcas principiante.
4. Te gusta aparentar que ya sabes y evitas hacer preguntas por miedo a parecer ignorante o tonto. Si esto es así, puedes ver que el perfeccionismo limita el aprendizaje y crecimiento.
5. Te desespera cuando trabajas en equipo y tu gente no está en la misma página que tú. La perfección no tiene cabida para los errores humanos y los humanos cometemos muchos errores.
6. Te sientes muy frustrad@ y desanima@ pues según tú lo hiciste perfecto, pero recibiste una evaluación no tan favorecedora.
Lo perfecto es enemigo de lo bueno.
Voltaire
¿Cómo manejar el perfeccionismo?
1. Busca la excelencia en vez de la perfección. En la disciplina olímpica del clavadismo, un clavado muy complejo puede ser evaluado como excelente sin obtener una puntuación perfecta. Adam Grant nos cuenta su propia experiencia y nos habla de cómo la perfección no toma en cuenta las circunstancias en las que se intenta hacer algo.
2. Cuando algo te sale mal, puedes criticarte duramente o puedes preguntarte ¿qué puedo hacer mejor para la próxima? Intenta ver los errores como oportunidades para seguir creciendo y no como fallas definitivas que te hacen SER un fracaso. Aprender de nuestros errores y mantener una mente abierta, de esto nos habla Carol Dweck en su libro Growth vs Fixed Mindset.
3. Revisar los objetivos y los planes para lograrlos. Si llevas tiempo trabajando hacia un objetivo sin avances, te recomiendo preguntarte si los planes que hiciste están funcionando o si más bien sería útil replantear el objetivo. Por ejemplo, te pusiste como objetivo comprarte un coche, pero cada mes se va el dinero y no ahorras lo suficiente. En vez de sentirte mal contigo mismo y recriminarte. Puedes revisar si puedes ahorrar en algo más o pensar en mejor comprarte una moto.
4. Esto que sientes cuando algo te sale mal, lo sentimos todos. Todos hemos tenido ese sentimiento de inadecuación horroroso que duele tanto que se pasa a la cabeza y a la panza. Si te encierras en tu vergüenza y sentimiento de fracaso te desconectarás y perderás la oportunidad de aprender de los demás. Hablar de lo que no nos sale bien no es más que humano y nos da la oportunidad de acercarnos a la gente. Y con esto no quiero decir que vayas por ahí hablando de tus errores, pero que cuando el momento se dé, lo aproveches.
5. Cómo te levantas de una caída es más importante que la caída en sí misma. Adam Grant habla de dos evaluaciones. La primera es la calificación en sí, la segunda es cómo acepto la calificación si ésta es negativa. Puedes aceptar que es doloroso tener una retroalimentación negativa y pensar que es parte de un proceso de crecimiento y mejora. No se trata de ganar una batalla, se trata de ganar la guerra y a veces para ganar la guerra has de perder algunas batallas. De las batallas perdidas es de donde puedes obtener tus mayores aprendizajes.
6. Intenta ser la mejor versión de ti mismo, conoce tus fortalezas y debilidades. Sigue luchando por crecer y mejorar. Acéptate como eres y de ahí parte para seguir adelante.
Por ejemplo, si ahorraste $100,000 no te alcanza para comprarte un Ferrari. Tendrás que bajar las expectativas, sin recriminarte por ello, sintiéndote muy orgullo@ del dinero ahorrado. De la misma manera si obtuviste cierta puntuación en un examen importante, acéptala y desde ahí ponte una meta realista y no te flageles porque no lograste cero errores. Pregúntate desde la aceptación de ti mismo ¿qué sería un logro excelente para ti?
7. Sé tu principal porrista, mantén un diálogo interno positivo que te motive a seguir adelante, haz una lista de tus logros y de lo que te ha ayudado a llegar hasta dónde estás.
Si tener algún error es muy doloroso para ti, es importante trabajarlo. Brene Brown nos dice que el perfeccionismo es un sistema de creencias destructivo y adictivo que tiene como pensamiento central “ Si me veo perfect@, vivo perfecto, trabajo perfecto y hago todo perfecto puedo minimizar sentimientos dolorosos de vergüenza, juicio y culpa.” El perfeccionismo es un medio para evitar el dolor emocional. Si tu perfeccionismo esta arraigado en el miedo al fracaso, hay que trabajarlo a fondo para sanarlo. La trampa del perfeccionismo es que sí nos puede llegar a dar fruto en ciertos momentos, pero el costo es nuestro bienestar, nuestra paz y la calidad de nuestras relaciones.
Seguir esforzándonos todos los días es una buena manera de vivir nuestras vidas evitando caer en la trampa del perfeccionismo.
Gracias a ti por leerlo. Un abrazo
Que difícil no caer en la trampa del perfeccionismo, cuando nuestras vidas son aparadores en donde se premia justo eso. Gracias por las herramientas.